El antisemitismo islámico puede
ser percibido como el resultado de una exportación del antisemitismo moderno,
europeo, a las condiciones específicas del mundo árabe o musulmán. A partir de
los años 20 del siglo pasado el antisemitismo moderno, europeo, se encuentra
con un proceso de modernización y descolonización de los países árabes. Para
entender la relación entre descolonización y antisemitismo es importante
comprender que la adquisición de tierra por organizaciones y colonos judíos era
percibida por la mayoría árabe como colonialización bajo el protectorado
británico. En la primera mitad del siglo pasado, los movimientos anticoloniales
tuvieron así los mismos enemigos que los nacionalsocialistas: Gran Bretaña, el
bolchevismo y los judíos. No nos ha de sorprender que gran parte del movimiento
anticolonial contra Gran Bretaña y Francia se entusiasmara por el
nacionalsocialismo.
Uno de los primeros antisemitas árabes más destacados de esta época fue el muftí de
Jerusalén, Muhammad Amin al-Husayni.
Era colaborador estrecho con el régimen nazi y sus ideas influyeron en amplias
partes del mundo árabe. Aunque la simpatía abierta con el nacionalsocialismo
retrocedió radicalmente después de la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo como semántica, como cosmovisión capaz
de explicar la realidad económica, política y social, se mantuvo en gran parte
del mundo árabe. Así, el conflicto judío-árabe (o israelí-árabe, si así se
prefiere) de Oriente Próximo no se percibe mediante una interpretación propia,
local, sino como parte de una semántica global que vincula a los judíos/Israel
con el colonialismo, con redes globales de poder económico y militar (p.ej.
“lobby judío” en EEUU) y se percibe la existencia de Israel no sólo como
amenaza para la paz en la región sino incluso para la paz mundial.
Un ejemplo claro de esta forma del antisemitismo islámico la podemos
encontrar en la carta fundacional de Hamás todavía hoy en vigor, en la
que se hace referencia a los “Protocolos de los sabios de Sion”, falsificación
antisemita rusa de 1902 que habla de una conspiración judía mundial. La Carta,
además, identifica a los judíos como aquellos que están detrás del poder de los
medios de comunicación, de la revolución francesa, del bolchevismo y muchas
apariencias más del mundo moderno. A raíz, tanto de
las migraciones desde el mundo árabe como de los movimientos de solidaridad
anticoloniales en el llamado primer mundo, las ideas del antisemitismo islámico
se están reimportando a Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario